EL MONOCICLO

EL MONOCICLO
Me encuentro perdido en la cordura. Mis cuentas iban en orden: 1,2,3,4... Pero ahora no sé qué número estaba contando; un hombre en monociclo me desestabilizó al gritarme improperios por incidir en su camino. Todo por culpa última de mi sistema de cuentas, hubiese sido más fácil decir: afuera y adentro, pero no, tenía que contar cuántas veces había salido y entrado para...¿Para qué? ¡Ah! Lo he olvidado. ¿Qué más da? Afuera y adentro son muy parecidos, por no llamarlos gemelos u homónimos.
Ay, recuerdo el día.... La semana... El mes ¿o fue el año? ¡Baa! Pudo haber sido el año y no lo recordaría. Al final no importa cuánto dure un momento, pueden ser años y en el recuerdo solo quedará como eso, un momento, o es que ¿No somos eso? ¿No es eso el tiempo? ¿Un momento? Y es que cuando se quiere dar un argumento se necesita de diferentes momentos, unos más largos que otros, y el argumento que quiero dar durará un momento eterno, omnipresente, claro, si primero recuerdo cómo me metí en este problema de estar saliendo y entrando, y de no recordar si la última vez que salí o entré me encontraba adentro o afuera, y es que tanto afuera como adentro las personas me miran igual, el hombre del monociclo grita improperios con la misma intensidad y dicción, los perros siguen orinándome el zapato, y, en general, todo sigue un ciclo idéntico afuera y adentro.


Comentarios

  1. La capacidad de razón del despistado ...a quien me recuerda? Que aún teniendo la respuesta olvida que la busca o que continúa buscandola

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