LA GRAN PIEDRA PENSARE

LA GRAN PIEDRA PENSARE

Prólogo

Meditaba hace poco en porqué los escritores se empeñan tanto en escribir historias, ya sea en forma de novela o cuento, para hablar de los seres humanos, para darle palabras a nuestros pensamientos, y me doy cuenta de que la clave de la respuesta a dicha pregunta se encuentra en la estructura misma del lenguaje, ¿Quién lo inventó? El ser humano, ¿Para qué? Para dar orden a sus pensamientos, para darles una estructura lógica. El ser humano estructuró el lenguaje de acuerdo a una guia clave: la descripción e interpretación de la realidad desde el punto de vista humano. Lo más intrigante del tema es que entre más pasa el tiempo, nos damos cuenta de todas las variantes que ha tenido el lenguaje a través del tiempo y cómo estas variantes han buscado explicar cada vez mejor los pensamientos humanos, las conexiones de los conceptos por medio de distintos caminos, como lo son: la semejanza, la contradicción, el descarte, la ironía, la paradoja, la dependencia y muchas otras que escapan a mi conocimiento. Y si hablamos de la literatura como el el estudio del ser humano y al lenguaje como el estudio de las herramientas de las que puede valerse el humano para comprender su realidad, podemos decir que la literatura es la que da la pauta para el avance del lenguaje, desentrañando los pensamientos humanos más profundos, creando conexiones del pensamiento humano desde varias perspectivas, y, como objetivo final, creando nuevas herramientas de las que puede hacer uso el lenguaje para describirnos mejor la realidad, abrirnos nuevas conexiones de esta por medio del estudio del ser humano. Estudiar al ser humano para comprender la realidad.

Digo todo esto porque la finalidad de la historia ficticia, que estoy por escribir, quiere dar pautas sobre un avance del lenguaje, una pequeña aportación que demuestra que el estudio del hombre es el estudio de su interpretación de la realidad, y por consecuencia, de la realidad en sí misma.